La honorabilidad es mi gran afán
Me baso en el auto que me priva de la libertad, publicado por la Sala de Instrucción, y en el Expediente, publicado en su totalidad por el periodismo.
Para los magistrados Barceló y Reyes lo que mis abogados y yo mandábamos a la Corte era para inducirla a error, para engañarla. Afirman que yo lo hacía para defenderme de las múltiples acusaciones. Con estos argumentos me ponen preso y han eludido la responsabilidad de investigar debidamente a los compradores de testigos en mi contra. Un tema individual sobre mi persona en el marco de la confrontación con el terrorismo y sus voceros políticos, escondidos tras la cautivante palabra Paz.
Juan Carlos Sierra (El Tuso) fue extraditado por mi Gobierno después de haber ingresado a la ley de Justicia y Paz por solicitud de los voceros paramilitares al Comisionado Luis Carlos Restrepo. Sierra goza de libertad rigurosamente condicionada en Estados Unidos.
Roque Arismendi, diputado de Antioquia, con larga trayectoria y buena reputación, me informó, antes de la elección parlamentaria de 2018, que personas conocidas le contaron que Juan Carlos Sierra había sido abordado por Cepeda y otros, que le ofrecieron beneficios para acusar a mi hermano y a mi persona. Juan Manuel Aguilar, a quien yo no conocía, fue la persona que trajo el tema al diputado Roque.
Se comunicó al Magistrado Barceló, fue en vano. Pedí a quienes me informaron que Sierra hiciera un video, no lo hizo. Envió cartas a la Corte. La declaración final de Sierra no fue al doctor Diego Cadena, la concedió a la señora Lisa Ruth, ex funcionaria de la CIA e investigadora muy competente de los Estados Unidos.
Los magistrados no escucharon a la señora Lisa Ruth, pero me acusan de fabricar falsedades.
Sierra dice lo mismo en sus declaraciones escritas y en sus entrevistas. Los dos Magistrados no lo escucharon, no han investigado el tema, simplemente califican de falsas sus acusaciones a Cepeda y a otras personas de visitas y oportunidades diferentes. Afirman que yo sabía de la falsedad de lo expresado por Sierra, que lo envié a los Magistrados para engañar a la Corte y defenderme de las múltiples acusaciones. En estas afirmaciones confirman su sesgo para condenarme sin fundamento.
Los dos Magistrados tampoco han escuchado a Roque Arismendi ni a Juan Manuel Aguilar, su fuente.
Harlington Mosquera se presentó como desmovilizado de los paramilitares, yo no lo conocía y lo he visto una vez. Esto ocurrió en 2018, en Pacho, Cundinamarca, en plena campaña en favor del Presidente Duque. Al terminar la manifestación se acercó con mis escoltas, siempre todos del Estado, por el comentario que me hizo y en vista de que debíamos ir a otro compromiso de agenda, lo invité a subir a la camioneta blindada. Expresó que Cepeda lo había buscado para ofrecerle beneficios a fin de acusar a mi hermano y a mi persona.
Ese sábado también fui interceptado en la llamada que pedía a un asesor comunicar este episodio al doctor Granados para enterar a los Magistrados.
Mosquera confirmó el tema en la Corte. También involucra a Iván Velásquez.
En el vehículo, además del conductor, estaban el Representante Juan Manuel Daza y el Coronel, activo de la policía, joven y competente, asignado para coordinar mi seguridad.
Los dos Magistrados desestimaron el testimonio de Mosquera, siempre aducen mi afán de defenderme contra las múltiples acusaciones y de inducir a la Corte a error.
Los dos Magistrados también descreen que yo reciba a un desconocido en una manifestación pública. No estudiaron, o pretendieron ignorar, cómo ha sido mi cercanía con los ciudadanos y mi informalidad para sitios de reuniones.
Los dos Magistrados invocan argumentos menores para justificar no investigar a Cepeda, a los verdaderos sobornadores: que mi llamada, interceptada, es al medio día y Mosquera habla de las tres de la tarde; y, que el Coronel dijo en la Corte que Mosquera había estado preso y que no lo estuvo. El Coronel lo supuso porque Mosquera es desmovilizado.