Odebrecht
LA VERDAD SOBRE ODEBRECHT Y LOS FUNCIONARIOS DEL GOBIERNO URIBE
Cuando se conoció que la empresa Odebrecht había pagado sobornos en el marco del proceso de adjudicación del tramo no. 2 del proyecto de infraestructura vial denominado Ruta del Sol, el Presidente Uribe inmediatamente pidió a la Fiscalía General de la Nación que se le aplicara todo el peso de la ley a cualquier persona de su gobierno que hubiera recibido sobornos de la multinacional.
Posteriormente, cuando se supo que el receptor del soborno había sido el entonces Viceministro de Infraestructura Gabriel García Morales, el Presidente Uribe no sólo lamentó y condenó públicamente el hecho, sino que le pidió públicamente al exfuncionario que revelara si algún otro funcionario de su gobierno había estado involucrado en semejante delito.
Después de todas las investigaciones ha quedado claro que ningún otro funcionario del gobierno del Presidente Uribe estuvo involucrado en el deplorable hecho.
Con todo, hay dos razones por las cuales hubiera sido imposible prever que el entonces viceministro estuviera dispuesto a prestarse para semejante acto de corrupción.
En primer lugar, porque el soborno era innecesario. En efecto, no se puede perder de vista que la estructuración del proyecto Ruta del Sol tuvo permanente asesoramiento de la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial. El proceso de adjudicación de los 3 tramos contó con plena transparencia, se efectuó mediante audiencias públicas y estuvo sometido todos los controles y filtros de rigor, así como al acompañamiento de la Procuraduría General de la Nación.
En el caso de la adjudicación del tramo dos, entre Puerto Salgar y Curumaní, participaron tres proponentes. Fue tal el nivel de garantías y transparencia que brindaba el proceso, que se llevaron a cabo nuevas audiencias públicas cuando surgió un reclamo de uno de los proponentes.
En segundo lugar, era imposible pensar que el entonces viceministro estuviera dispuesto a recibir un soborno porque sus credenciales eran impecables. En efecto, cuando Gabriel García fue nombrado Viceministro de Infraestructura por el Presidente Uribe el 27 de junio de 2007, el funcionario no llegaba al cargo por recomendación política alguna, sino por solicitud de la Cámara de Comercio de Cartagena, entidad que lo presentó como un estupendo profesional de la Universidad de Los Andes, con una maestría en la Universidad Mason de los Estados Unidos; es decir, como una persona de altos valores morales, según se establecía en la recomendación.
En suma, el soborno que la multinacional le entregó al entonces Viceministro García fue una innecesaria y descomunal infracción y traición, no sólo a la ley, sino al indeclinable precepto que el Presidente Uribe siempre demandó de todos sus funcionarios: proceder con honestidad, impecabilidad y bajo un régimen de cero tolerancia a la corrupción.
Por supuesto, los virulentos y furiosos enemigos del Presidente Uribe no cesan en su empeño de vincularlo con todo este escándalo, distorsionando y retorciendo, como es ya costumbre, los incontrovertibles hechos que ratifican la transparencia de su proceder. Por ejemplo, se han atrevido a cuestionar una reunión que sostuvo en el Palacio de Nariño el día 17 de septiembre de 2009, junto a su equipo de infraestructura, con unos ejecutivos de la empresa Odebrecht. Pues bien, esta reunión sólo fue una más dentro de la rutina que tenía como Presidente de la República de reunirse con los representantes de todas las compañías multinacionales que estuvieran dispuestas a invertir en nuestro país. ¿Con qué propósito? Construir confianza en todos los canales posibles de inversión extranjera, animándolos a invertir en Colombia y, de este modo, seguir generando puestos de trabajo, crecimiento económico y prosperidad en el país. Pero, además, la reunión fue totalmente pública. De hecho, la evidencia gráfica y audiovisual de la reunión se publicó ese mismo día, tal como acostumbraba a hacerlo la Oficina de Comunicaciones de la Casa de Nariño con todos los actos y eventos públicos del Presidente de la República. ¿A quién le cabe en la cabeza que una reunión sin propósitos transparentes va a ser publicada por el anfitrión de la misma?
Con relación a la presencia de Andrés Felipe Arias en esa reunión, se debe aclarar que se dio manera fortuita, cuando el exministro visitaba al entonces Presidente Uribe para tratar temas políticos y éste lo invitó a que lo acompañara a varias citas que tenía programadas ese mismo día, incluyendo la que sostendría con ejecutivos de Odebrecht. En esa reunión el exministro ni intervino, ni participó. Sólo acompañó al entonces Presidente Uribe, tal como lo hizo cada vez que, siendo exministro, lo visitaba o acompañaba a viajar. Por otro lado, los furiosos enemigos del Presidente Uribe también han intentado fabricar una fábula en contra de su exministro, fábula según la cual éste recibía un sobresueldo de la multinacional mientras fungía como Ministro de Agricultura. La burda falacia ha sido derrumbada con prueba documental de la propia Procuraduría General de la Nación.
Como si esto fuera poco, el Presidente Uribe también ha visto a su exministro y excandidato presidencial Oscar Iván Zuluaga cruelmente calumniado con ocasión del escándalo de Odebrecht. En concreto, los francotiradores de siempre han tejido el atroz y ficticio relato según el cual la multinacional habría contribuido a su campaña presidencial de 2014 mediante giros al publicista y estratega político Duda Mendonça. No obstante, para infortunio de los acusadores, el Sr. Mendonça ya declaró ante el Tribunal Supremo de Justicia de Brasil que nunca recibió dinero de Odebrecht para la campaña de Óscar Iván Zuluaga. Además, se ha probado documentalmente que la campaña de Oscar Iván Zuluaga sí contrató a Duda Mendonça, pero por encima de la mesa y mediante un contrato con la compañía brasilera del publicista.
Se probó que el contrato que fue debidamente registrado en Colombia, cancelado a cabalidad con recursos de la campaña, causado contablemente en las cuentas de esta y así reportado ante el Consejo Nacional Electoral. Más aún, los mismos ejecutivos de Odebrecht ya han rendido declaración ante fiscales colombianos dejando claro que nunca entregaron o transfirieron dinero para la campaña presidencial del entonces candidato Óscar Iván Zuluaga. Como era de esperarse, el Consejo Nacional Electoral archivó el proceso en contra de la campaña.
No debe sorprender que los furiosos detractores del Presidente Uribe hayan intentado capitalizar la deplorable traición de su entonces Viceministro de Infraestructura para seguir confeccionando embustes y calumnias para debilitar lo que ha sido el principio rector de su vida pública: honestidad, impecabilidad y transparencia. Pero, como ha sucedido una y otra vez con este tipo de ataques, los hechos hablan por sí solos, de tal forma que, a diferencia de quienes lo sucedieron en el poder, ha quedado probado una y otra vez que no existió vínculo irregular alguno entre el gobierno del Presidente Uribe y la multinacional Odebrecht.