Operación Orión
LA VERDAD DE LA OPERACIÓN ORIÓN EN LA COMUNA 13 DE MEDELLÍN
En octubre de 2002, por medio del accionar legal de la Fuerza Pública, comenzó el proceso para restaurar la paz, la seguridad y el orden en la Comuna 13 de Medellín. Esta venía siendo dominada por la presencia de milicias urbanas de guerrillas, así como de grupos paramilitares, todos éstos dedicados a sembrar el terror en esta zona.
Ciertamente, la orden para adelantar el rescate de esta comuna fue dada por el Presidente Uribe como comandante en jefe de la Fuerza Pública de nuestro país. Desde luego, la orden presidencial para llevar a cabo la operación fue impartida con absoluta transparencia, de cara al país, al amparo de las normas constitucionales y buscando, como era legítimo y urgente en ese entonces para el primer mandatario de Colombia, frenar la violencia que azotaba a los habitantes de ese sector de la ciudad de Medellín.
Dado que la operación se llevó a cabo a las pocas semanas de haber iniciado el gobierno del Presidente Uribe, en ella participaron los comandantes regionales que venían de atrás, comandantes nacionales de enorme prestigio y de carrera y la entonces Ministra de Defensa, Dra. Marta Lucía Ramírez.
Ahora bien, es muy importante subrayar que la Operación Orión no culminó con el proceder legítimo y efectivo de las fuerzas del orden en la Comuna 13 de Medellín, sino que fue una acción integral con la cual el Estado finalmente pudo llegar a esos barrios con programas de inmenso impacto social. En efecto, el Gobierno Nacional complementó la Operación Orión con Familias en Acción, el programa de atención al adulto mayor, las ayudas de Bienestar Familiar y el SENA, entre otros.
Es repudiable que los enconados enemigos de Álvaro Uribe busquen deslegitimar con falacias la operación que liberó del yugo terrorista a los habitantes de la Comuna 13, calificándola como una acción paramilitar, desprestigiando la Fuerza Pública y ofendiendo a todas las víctimas de esos grupos ilegales, grupos que, como es obvio, aprovechaban la ausencia estatal para gozar de impunidad frente a todos los delitos que allí cometían.
Tanto es el afán de estos personajes de enlodar al ex Presidente Uribe, que llevan 18 años buscando en el lugar unas fosas comunes que no existen, deslegitimando de paso aquella acción valerosa de la institucionalidad.
No cabe duda de que por estos hechos a Álvaro Uribe lo han maltratado con la infamia, pero por encima de la infamia siempre brota en los habitantes de ese lugar infinita solidaridad y afecto por quien finalmente los liberó de la opresión criminal y violenta que no les permitía vivir en libertad.
Comuna 13: antes una recocha criminal, hoy turismo, arte y alegría